lunes, 18 de octubre de 2010

historia de Dos Años, 2

Capitulo II:

El Colegio, Las Heridas y Las Explicaciones.

Al llegar a casa, mi madre se horrorizo al verme, casi se desmayo, pensó que me estaba muriendo por las condiciones en las que llegué. Le dije que no se preocupara, que solo eran moretones y uno que otro corte hecho por golpes, culpe mi situación a una caída que había tenido, pero esto a mi madre no la calmo, pero no hizo más preguntas. Subí a mi habitación, donde prendí el PC. Coloque el winamp y subí el volumen de los parlantes, me quite la ropa, que estaba pegada a mi por el agua y una que otra gota de sangre, me fui al baño, y como ya era tarde, deje la puerta abierta, llene la tina y me metí. El agua caliente hizo arder las heridas, y también hizo remecer los músculos, que generaban algo de dolor, pero eso, ya no importaba.

Me quede dormido en la tina, me despertó mi madre con un plato de comida, estaba hambriento. Ella me decía que no fuera al colegio al otro día, que me quedara en casa, me negué rotundamente, una pelea no me iba a detener, todos saben que en una pelea, él que no se presenta al otro día, es el perdedor. Luego de comer me acosté.

Desperté tal cual me había acostado, el despertador sonó como siempre, y mi cuerpo estaba adolorido y en partes amoratado, pero nada que la blanca camisa no cubriera, la hinchazón había desaparecido gracias al par de ibuprofenos que tomé, solo una que otra costra en la cara, y algo morados los pómulos, pero da lo mismo, ahora es el colegio.

Los sueños de esa noche giraban en torno al día de ayer, Fernanda y Armando se aparecían y desaparecían en mi mente, la pelea se repetía, pero aun así, desperté con energía, raramente había descansado bien. Lo que más se repetía eran las palabras de Armando a fuera de su casa, donde me contaba sus malditos planes.

¿Qué se cree el mierda? Pero en fin, las cosas caen por su propio peso, o por lo menos es lo que me gusta pensar, no me dejare abatir por una traición, ni mucho menos por una mujer, mujer que no veía hace dos años, ella siguió su vida y yo hice lo mismo, así que no hay nada que repudiarle a ella, solo a él que jugo conmigo, Jajaja, ya nada importa, todo es una maldita broma, que se muera si quiere, no me importa, la vida sigue su curso, y las cosas terminan por pasar.

Le decía a Fernanda, todo lo que me había dicho Armando, que ella solo era para el rato, y que lo hizo solo para cagarme a mi, pero ella me respondía que esto lo hago por despecho y que en realidad todo es una gran mentira de mi parte. Por eso decidí no decirle nada, si le decía, caía en el juego de Armando, y no permitiré que eso ocurra.

Me levante, y tome un desayuno rápido, un pan tostado y una leche que mi mamá me había preparado, preguntó como me sentía, y con un mal gesto con cabeza le dije que bien, obvio, un Cochrane nunca esta mal. Salí algo apurado, aun llovía, pero no importó, tome mi bicicleta y salí disparado, mi padre que estaba sacando el auto me dijo que me llevaba, yo me negué, quería pedalear un rato. Iba sin camisa, solo con mi chaqueta y una polera, para no sudar, en fin, el viaje fue normal, como siempre, solo que hoy viajaba solo.

Llegué a eso de las 7:55 AM al colegio, ni tan mojado, encadene la “cleta” y entré, el “Pelao” estaba en la entrada.

- Usted no puede entrar así señor Cochrane.

- Pero ¿por qué?

- Usted sabe porque.

- No sea así, sabe que me cambio acá

- Entre, pero que no se haga costumbre, dígame que le paso en la cara.

- Nada señor, solo me caí

- Se callo en unos combos parece…

- Anda gracioso.

- Pase mejor que ya van a tocar.

Entré más que rápido, quedaban pocos minutos, me dirigí al baño de hombres y me limpie bien, estaba Nacho.

- ¿Qué wea te pasó?

- Nada, o sea me caí

- ¿Dónde weón?

- No sé, cuando iba para mi casa.

- ¿No tiene nada que ver con lo de ayer?

- No, ¿Qué crees?

- Nada, solo preguntaba, pero ¿estas bien?

- Si, estoy como siempre, no voy a cagarme de onda por mala onda de un weón.

- Bien entonces pos Xavierito.

Eso fue lo ultimo que hablamos antes de que sonara el timbre para entrar a clases, fuimos rápido, entré y me senté en mi puesto de siempre. Todos me miraron extrañados, parece que todos sabían lo que había pasado la noche anterior, ¿acaso no tienen vida estos locos, qué andan pegados a la ventana para ver que esta pasando? porque no se meten en su vida mejor. Bueno es de esperarse de un curso como el mió, donde los rumores van y vienen. De la esquina Mary me hace señas preguntándome que me había pasado en mi cara, solo la miro y no le digo nada, me hago el indiferente. Armando no había llegado, a nadie le extraño, ni siquiera a mi, porque era común en él.

Dieron las 8:45 AM, el cambio de hora, todas las miradas fueron hacia la puerta, y porque no decirlo, la mía también, igual quería saber si llegaba, los minutos pasaban, y la gente entraba, pero de Armando no se sabía nada, debe haber quedado en casa, que razones habrá tenido. La clase siguió con casi total normalidad, y digo casi, porque se escuchaban los cuchicheos de mis compañeras, y los comentarios de mis compañeros, yo me hacia el que no escuchaba, realmente me daba igual, aunque, aunque lo que decían me favorecía, culpaban mi cara a una pelea con él, cosa que no era mentira, y me daban el titulo de vencedor, piola.

Llegamos al recreo, y mis amigas se me acercaron preguntándome sobre mis heridas, y sobre lo ocurrido la noche anterior, no había que ser muy inteligente para darse cuenta que todo era parte de una gran situación. Tanto fue el hostigamiento de mis cercanos que fue cuestión de tiempo para que les contara todo lo sucedido, mis amigos me encontraron la razón, y mis amigas, no avalaban la violencia. Con respecto al resultado de la pelea, no di un “ganador” que ellos juzguen por si solos. Después de hablar les pedí que me dejaran solo, necesitaba estar conmigo mismo y con nadie más, tenia que ajustar mis pensamientos, lo que había pasado no era algo de todos los días, así que me Salí del grupo, con mi “mp3” y Salí con mi música, caminé sin rumbo por un rato en los patios del colegio, hasta que necesite hablar con alguien, la primera y única persona que se me vino a la mente, fue la Mary, era la que siempre me aconsejaba. La busqué hasta que la encontré en la capilla del colegio, esa que esta al lado del baño de mujeres, en la que me gustaba tomar sol en las mañana y esperar a la Lily.

- Necesito hablar contigo Mary

- ¿te decidiste hablar?

- Sí, te necesito.

- OK, ¿dónde vamos?

- A mi rincón, obvio.

- Vamos.

- Disculpen señoritas, se las quitare un rato, quizás se las devuelva en la tarde.

Y un gran “uhhh” se escucho de mis lindas compañeras, no las podía juzgar, siempre hacia lo mismo.

Caminando le conté mi problema, y las cosas que no me cuadraban.

- Tienes que hacer lo imposible para que ella este contigo Xavierito.

- Pero tú sabes, esta con ese, ¿Qué puedo hacer yo?

- No lo sé, por eso has lo imposible, aparte, dime ese beso, ¿Qué fue?

- No sé, solo una cuestión del momento.

- Mira Xavierito, un beso es más que cualquier cosa que uno piensa, si ella no te hubiera querido besar, no lo hubiera hecho, a mi me parece que algo siente por ti.

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