Capitulo X
Pascuala.
Y al momento de leer, comprendí todo, todo se hizo, todo tuvo sentido, estaba en las mismísimas puertas del infierno, aquella descrita por el gran Dante, y por alguna razón, yo llegue hasta este umbral. Pero a diferencia de él, a mi no me espera el poeta de antaño Virgilio, y no hay una Beatriz que lo envíe, no tengo una motivación para entrar. Lo único que siento es un miedo infernal, y no es para menos, estoy en las mismas puertas que van a la ciudad doliente.
Salí disparado, sin mirar atrás, con pensamientos confusos, una extraña soledad, un sentido de no pertenencia, de no ser de ningún lugar. No sé bien que ha pasado, no sé, y no quiero saber, tengo un miedo, miedo extraño, miedo infernal, no sé si volver, me siento destinado, pero me siento cobarde, está bien, sabía que en algún momento iba a llegar, pero no pensé que fuera en vida, y no pensé, que seria en una volada de carrete, siguiendo el pecado, de aquellas dos musas, de aquella dicotomía, cada una tan distinta de la otra, pero a la vez tan parecidas, en actuar, cada una perdida, cada una confundida con los deseos de la carne, y yo en medio, aun más confundido. Tengo miedo, miedo de ellas, miedo de este lugar, miedo de mi, miedo de mi historia, miedo de ser solo un personaje, miedo de estar bajo el juego de la fortuna, no quiero ser un romeo, y mucho menos un héroe shakesperiano, o participe de una tragedia griega, no quiero pensar que mi vida la controla alguien, y que yo solo soy su invento, y por ello he aparecido en las puertas del infierno…
Llegué a mi casa, y la fiesta había ya terminado, no quedaba nadie, y estaba todo ordenado, no sé bien que hora era, pero estaba tan agotado, que no me quedo otra que irme a acostar. Mi celular no estaba por ningún lado, y yo con una paja de buscarlo, solo accedí a prender mi PC, mi fiel amigo, puse música, y como siempre, un buen tema “Wish You Were Here” Pink Floyd.
Me hundo en mi cama, en sueños extraños, la música en mis oídos, me transportan a lugares extraños, y me da una sensación de soledad solo comparada a la que sentí en el momento de leer aquella inscripción. Con un vacío en mi alma, cerré los ojos, y me deje ir.
Llegué a eso de las 8 al colegio, así que entré más que rápido, hice lo mismo de todos los días, di las excusas correspondientes, de por qué había llegado atrasado, y de por qué no me había afeitado, lo de siempre.
Bueno la verdad inspector, es que estuve ebrio todo el fin de semana, me drogue más que nunca antes, y tuve sexo como conejo, no me importo realmente afeitarme o quedarme dormido hoy en mi casa, de hecho creo que fue lo ultimo que pensé, pero eso usted lo debe saber mejor que yo, al ser un viejo acabado que cuida cabros chicos para ganarse la vida, patético, simplemente patético.
Mi primera clase era de química, una soberana lata, porque era química electivo, y no hacia nada, yo realmente llegaba a dormir a esa clase. Entré a la sala, y vi a mi amiga Pascuala. Nos habíamos conocido el año pasado, cuando ella se cambio de colegio, era muy linda, y más de una vez me debo haber confundido con ella. Era mi salvavidas en ese ramo, estoy seguro que sin ella no hubiera pasado cuarto, y tercero, por este ramo, bueno, casi tomé engañado este ramo, porque me metí solo para hacer “experimentos”, “experimentos” que nunca hice.
- Hola Pascuala
Hola Xavi, ¿Cómo estas?
Bien ¿y tú?
Apestada con este ramo de mierda. ¿Escapémonos?
Gatita ¿es acaso propuesta indecorosa?
Que eres weón tú, la cagaste, pero en una de esas…
Ja! Dale vamos. Pero para dónde.
Tomémonos algo.
Es lunes y son las 8:15 de la mañana.
¿Y…?
Dale vamos. ¿Tienes Money?
Obvio wachón.
Dale entonces, vamos donde el Peter, debe estar abriendo el local. Y gracias por lo de “wachón” es un lindo gesto. Deja llamar a Peter.
Tomé mi celular, que por este tipo de eventos lo cargo. Y marqué el número de Peter.
¿Aló mister Peter?
Alo alo, perrin perrin.
Weena, ¿Cómo estamos?
De lolo, ¿y tú?
De Larry, oye ¿abriste el local?
¿Qué ya quieres tomar ya, No crees que es muy temprano?
Demás, pero aquí una diva no quiere más guerra con el colegio, así que se irá a las trincheras.
Weón, por orden municipal no podemos abrir hasta las 10. hagan sed mientras.
Dale perrito, yo cacho que estamos haya como a las 10, nos vimos.
Aloha!
10-4.
Corté, tomé aire, y reí a carcajadas.
Ya Pascuala estamos listos, solo que tenemos que hacer hora hasta las 10.
¿Qué hacemos mientras tanto?
¿ganas de que tienes?
De salir de aquí, vamos al baño.
Dale.
Pero esta si es una propuesta indecorosa.
Jajaja dale.
No sé qué onda las minas, pero como que soy la atracción principal desde que me encontré con Fernanda, bueno, ¿Quién soy yo por no darle a las necesitadas de lo que gustan, verdad?
Salimos mientras el profesor hablaba con una mina, se sentaba en sus piernas, el viejo es un caliente de mierda, así que ni se percato que desaparecíamos detrás de la puerta. Un pasillo largo y frío nos esperaba, frente de nuestra sala, la inspectoría, con el “Pelao” sentado mirando directamente la puerta, una tarea difícil, porque no era nada salirse, porque respaldábamos que íbamos al baño, pero salir con nuestras cosas, con nuestras mochilas y cuadernos, era otra cosa, eso nos podría traer problemas, pero igual saldríamos a como de lugar. El plan era el siguiente: cuando nadie vigilase la puerta de entrada al colegio, nosotros nos escabulliríamos con mucho sigilo, pasando agachados por la ventana de la secretaría. Lo único que podía mermar nuestro plan de escape, era que la puerta del colegio estuviera cerrada, y la secretaria en ningún momento salga, como para poder abrir la puerta.
Procedimos, el portero no estaba, y en la secretaría, estaba la secretaria trabajando, no se veía muy bien si estaba cerrada o no la puerta del colegio. Nos tuvimos que acercar, de una manera casi felina ella se movía, yo estaba teniendo pensamientos un poco impuros, pero daba igual, estábamos escapando. Llegamos a la puerta, y estaba cerrada, un gran “puta la wea” cayó sobre nosotros. Pero no desespere, me paré, le pase mis cosas a ella, y le dije que saliera cuando la puerta se abriera, yo distraería a la secretaria. Así que fui directo a ella y le hable:
Hola tía Mónica, ¿Cómo está?
Bien ¿y tú niño?
Muy bien pues.
¿Qué haces fuera de clases?
Me aburrí, y vine a ver como estaba.
Que patero tú.
Bueno, sí, un poco.
Cuando ella bajo la cabeza, yo le seguía hablando, como para distraerla. Poco a poco, me dirigí a donde estaba el botón que abría la puerta. Lo apreté, y para camuflar el leve pero sonoro sonido que hacia la puerta al abrirse estornudé, la patraña resultó, y mi amiga se escapaba suavemente mientras yo miraba directamente a la secretaria. Casi no podía disimular mi sonrisa, esa que aparece cuando estas engañando a alguien y esa persona no tiene idea. Me despedí, siempre cordial, con esa sonrisa, ustedes saben, aquella sonrisa, cerré la puerta, me agaché, pero antes viendo que nadie me mirara. Escapé, Salí de esa cárcel de intelectualidad, Pascuala estaba afuera, nos besamos y corrimos como locos, era una aventura, nos deseábamos, eramos jóvenes, teníamos dinero, y queríamos hacer cosas de grandes, pero primero había que ir a cargar gasolina, si saben a que me refiero.
Aun hacia frío y estaba lo bastante nublado como para pensar que llovería, el viento soplaba en todas direcciones, parece que lloverá sin piedad sobre Santiago, me da igual, yo estoy bien, y adoro la lluvia, es lo mejor para salir a caminar. Llegamos a una plaza, ella se veía muy linda, el uniforme le quedaba perfecto, su falda hasta la rodilla, una blusa de un blanco inmaculado, su pelo castaño, amarrado atrás, esa chasquilla que tanto me gustaba, que caía para ambos lados de su rostro, tenia puesto el chaleco del colegio, se veía bien de colegiala. Los sentimientos confusos otra vez estaban en mi cabeza, no los entendía, eran extraños, me eran ajenos, me eran confusos, no era tan fuerte como el amar, si no algo así como un gustar, una atracción, una atracción fatal, que nos llevará sin duda a lugares que en un futuro me arrepentiré estar. En sus ojos se veía una luz esperanzadora, me atraía fuertemente eso, me hipnotizaba, me sentía perdido, pero cobijado por su mirada. Envuelto estoy, no sé qué decirte, tus ojos me tienen enfermo, tus labios me hacen desear estar en ellos, tu figura me hipnotiza, tu mirada me pulveriza, estoy pensando solo en ti, y en lo que podríamos hacer, dejando de lado sentimientos insulsos, sentimientos baratos, de un romanticismo de tercera, puedo escribirte los versos mas hermosos esta tarde, pero solo serian palabras llenas de falsedad, llenas de maquiavelismo, palabras que solo son herramientas para hacerte mía, me siento culpable por eso, me siento culpable por utilizarte, me siento culpable porque me da lo mismo, me siento lleno de gracia solo por tocarte, me siento lleno de gracia por verte en esta ocasión…
- ¿Qué hacemos?
no sé, ¿Qué se te ocurre a ti Pascuala?
Me mira con una cara de complicidad, sus ojos se fijan en los míos, no parpadea, moja sus labios, me levanta una ceja, sigue mis movimientos detenidamente, estudia cada parte de mi, el tiempo se hace eterno, el mundo se detiene detrás de ella, no existe nada más que esta situación en este mundo, existe un silencio sepulcral, ella es la dueña de la situación, tiene todo calculado, se acerca lentamente a mi y yo muero con cada paso que da, estoy derretido a sus pies.
Me dice algo al oído, algo que no logro entender, pero cada palabra dicha por sus labios, me hace estremecer el cuerpo. Soy un esclavo de estas situaciones, renuncio a mi mismo cada vez que una mujer me habla y me maneja así.
¿Quieres o no Xavi?
¿Perdón?
¿Quieres un cigarrillo?
¿ah?
Un cigarrillo.
OK, dame uno.
¿Qué onda Xavi? ¿qué te pasa?
Nada nada, ¿Por qué preguntas?
Estas raro, como ido, como “morao”
Yaa. ¿Qué onda tú? ¿Desde cuando miras debajo del agua?
No es eso, pero así parece.
Puede que lo esté. ¿pero por qué lo sacas a colación en este momento?
Es que te brillan los ojos en este momento.
¿ahora? ¿Me descubriste?
Si, ahora.
Que raro, porque no estoy pensando en la Fernanda.
Su rostro se ruboriza, y sus ojos se hacen mas cándidos, baja un poco la mirada, se ilumina entera.
¿quieres el cigarro?
Su voz temblaba al hablarme, no sé bien que le esta pasando, pero su carácter se esta haciendo mas blando, y mucho más interesante.
Claro, pásamelo, pensé que ya te habías olvidado.
Con un tono irónico y mirándola fríamente, al parecer esto a cambiado, ella estuvo cazándome, ahora yo soy el cazador.
¿Xavi…?
Su voz tiembla.
…¿en quién estas pensando?
¿Te interesa?
¿Te estoy preguntando, verdad? Será por algo…
Frunció el seño de tal manera que me provoca tenerla, besarla, no sé, hacerle mil cosas, pero sobre todo hacerle reír.
Mmm… ¿de verdad quieres saber?
Baja la vista, su cabello cubre su rostro, oculta su mirada, se refugia en la oscuridad, oscuridad imperdurable, a todas luces se revienta esa oscuridad, no saca nada con ocultarse.
…sí…
Y me puedes decir por qué quieres saber.
No te lo diré, solo contesta.
No es tan simple…
¿Por qué?
Porque a mi mismo me cuesta saber qué y en quien estoy pensando y sintiendo algo, no es tan simple, porque me cuesta saber que esta pasando ahora, no es tan fácil, porque mi vida en este ultimo tiempo no ha sido fácil.
Espero que esto te aclare un poco.
Se abalanza sobre mi, y no alcanzo a reaccionar, me deja perplejo, y me besa, suave y calidamente, pero al mismo tiempo, es un torbellino pasional, me dejo fluir, me dejo querer, y ya no pienso más, mi cerebro se desconecta, solo dejo que el cuerpo actúe, su cuerpo actúa sobre mi, yo no se que hacer, solo seguir este idilio. Seguimos envueltos, y me dejo caer en un lago de lujuria, con extractos amorosos que me dan una cierta felicidad momentánea, efímera en todos los puntos que pueden ser conversados, la culpa desaparece, o no se hace notar, no lo sé, ya no sé nada, solo la paso bien, muy bien, con ella es todo bien. Me desea de tal forma que cada beso que me da es una necesidad para ambos, necesidad vital en ciertos sentidos. Solo me dejo llevar por un río de perversidad para depositarme otra vez en ese lago de lujuria, que ahora parece ser un mar, los sentimientos brotan, los pensamientos explotan. Extasiado, eso es lo que se siente, éxtasis, puedo hacer cualquier cosa en este momento. (“te vistes y te vas” los Bunkers). Desenfreno, ese es el mejor adjetivo para calificar esta situación, extraña, rara, impulsiva, una pasional situación.
Mis manos recorren su cuerpo, por debajo de su falda, por debajo de su blusa, sus manos recorren el mio, en todas partes la siento, desabrocho con cuidado su corpiño, y la besó aun con más energía, pasión, que sé yo, un torbellino soy. En plena plaza un espectáculo no apto para menores se da, un vaivén de su cuerpo contra el mio, sin importar tiempo y lugar, excitado extasiados, calientes, animales, mis manos traspasan la barrera de lo correcto, se dirigen al sur, tierra prometida, salvando cuanto obstáculo, solo por darle un gemido de placer. Pero una cuota de realidad nos hace volver, nos hace reaccionar, y mirarnos locamente, y besarnos con cariño, sabiendo que tenemos que parar, que no nos hacia bien empezar algo que no íbamos a poder terminar, al menos por el momento. Lo que no sabia ella, que adjunto a ese beso, una cuota importante de moralidad me ha caído encima.
Siento que a ella la utilizo, siento que ella es un instrumento para salir de mi patético mundito creado de tantas variantes como libros que se pueden leer, películas que se pueden ver, y canciones por escuchar. Siento un pequeño remordimiento que no me deja en paz a medida de cada beso dado, de cada caricia recibida, la imagen de mi amigo me hace desaparecer esa extraña felicidad sentida, aquella efímera, mas que lograba sacarme de lo pensado, y seguida de esa culpa, vino algo peor, y era darme cuenta de que realmente no me importaba, que realmente lo más importante era estar bien yo, el ego otra vez. “si él sabe de esto me odiara, y me odiara el mundo, pero que importa si solo vivo el momento, si solo dejo escapar mis impulsos, lo único que me queda es poder aplacar esta culpa. ¿En que me he convertido?...”
1 comentario:
Buenisimo el capitulo, me mantuvo atenta toda la lectura. Me gusto la narracion del encuentro entre pascuala y xavier, refleja bien lo que ocurre.
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