Hay algo en mi cabeza, hay algo en mi corazón, hay algo entre mis dedos, hay algo en mi razón, quiere salir explosivo, quiere brillar como el sol, quiero decírtelo al oído, quiero gritar con clamor, quiere vivir no de un sueño, quiere sentir el amor, quiere ser reconocido, quiere no tener este dolor.
Las palabras viajan, viven, se agitan, gritan, se retuercen de dolor, lloran de alegría, y crean sin razón, se mueven, mutan, saltan, y viven en color, crean un mundo, solo para atrapar tu corazón, ayudan al tímido, que obtiene el valor, cuando piensa en su amada, brotan sin control. Lo hermosa, lo bella, tímida, generosa, prudente y desatada, ágil en pasión, temblorosa se pone mi voz, solo cuando estas cerca, y me traiciona la razón, por la emoción misma que te pudiera tener en mi colchón, las ideas vuelan, las ropas también, pensar que ya eres mía, sentir el calor, brillas como un cometa, que se derrite cerca de este sol.
Ya las palabras se vuelven necias, ya no tienen una valida razón, las manoseo demasiado, quizás no contigo, quizás las debí guardar, todo lo que te pude decir, ya lo regalé, me siento podrido, me siento vacio, me siento poco creativo, siento que es un eterno plagio, una acomodación de algo que ya leí, rememorando a los grandes, a Shakespeare, Sófocles, Cervantes tal vez, crear una vía para tenerte en mis brazos, como Dante lo hice en manera de comedia divina, un Neruda, un de Rocka, y tantos más que no hago más que imitar. Atropello mis palabras, porque no las puedo contener, quiero decirte tanto, pero no sé por donde empezar, como un niño que comienza a hablar, como un niño que comienza a caminar, me embarco como marino en la mar, pensando que más allá del horizonte está el final, me atraganto con mi saliva, como mis dedos chocan al tipiar, borro, avanzo, leo, y vuelvo a borrar, cambio la frase, para hacerte sentir bien, mi cabeza va a estallar, y tú no tienes idea de lo que pasa, estás tan lejos, y ya no se qué hacer, disculpa los malos pensamientos, y disculpa los buenos, por forzar lo inforzable, por dilatar el alma, para que se pueda ver, para que veas en sí, lo que siento por ti, rimo como imbécil, ya que no sé como lo hacen los demás, como rimas de niño que le escribe a su mamá, en el día de la madre, junto a un te quiero mamá, escrito con fideos, tapados en pintura con escarchas, casi obligatorio, casi ingenuidad, sin sentido aparente, y en la tele esta Bond, y a mí me da igual, siempre lo he odiado, nadie es tan “bakan”, intento alejar tu nombre, alejar tu rostro, tu risa, tu ser temperamental, creo que no te conozco y no me conocerás al fin y al cabo es una carta a una extraña, con un antifaz, que creo saber quién es, pero sin duda oculta su identidad.
Me aburrí de manosear, me aburrí de inventar, de mentir, de falsificar, de no ser real, y blufear, quizás todo es verdad, quizás no lo es, pero al final, da lo mismo, porque al final del día, todo termina siendo una puta broma.
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